RESTAURACIÓN DE UN BURÓ (I).

   Hola a todos: Como "lo prometido es deuda" hoy vamos a mostrarles el último trabajo realizado en el taller La Restauradora... la restauración de un bonito buró o bureau de origen italiano, trabajo bastante laborioso que nos ha llevado algunos meses, pero que ha merecido la pena al verlo revivir poco a poco.

   Se trata de un buró de origen lombardo de estilo Rococó (Setteccento), que en italia denominan cassetone a ribalta ya que está formado por la combinación de dos tipos de muebles: El cuerpo inferior es un cassettone o cómoda de tres registros con línea en ballesta y travesaños curvos de separación, y el cuerpo superior es un bureau con tapa abatible y cajoncillos en el interior. Todo el mueble está realizado en madera de chopo chapado con madera de nogal, nogal rubio o satén y raíz de nogal, jugando con los colores y las vetas de las maderas. Apoya sobre pies en ménsula.

    Un poco de história...El estilo Rococó se desarrolla en Italia entre 1740 hasta finales de 1770, predominando las líneas curvas de influencia francesa. A partir de finales de s. XVIII se desarrolla el estilo Neoclásico, con líneas más rectas y sobrias. Dado que el desarrollo de los estilos normalmente se superponen, creemos que este buró data de finales del s.XVIII o principios del s.XIX, ya que pertenecía a la familia del bisabuelo de nuestra clienta. Los muebles de este periodo estaban realizados en maderas pobres como el chopo o el álamo en su estructura, pero chapados con maderas muy decorativas como la raíz de nogal. La línea en ballesta también es característica de los muebles del área veneciana y lombardía...y un detalle interesante, normalmente utilizaban como elemento constructivo un ingenioso invento que sirve para aumentar la estabilidad de la tapa del escritorio, y que es un pequeño diente que sobresale entre el primer cajón y la tapa, y que corresponde con una ranura en la tapa.

   El buró llegó al taller en regular estado de conservación con presencia de ataque de insectos xilófagos, daños estructurales (alabeamientos, guías desgastadas,...) y en el chapeado (faltantes, desencolados,...), presencia de restauraciones anteriores, suciedad general (barníz pasmado, amarillento y envejecido) y numerosas manchas de tinta (de todos los colores: roja, azul, verde, negra...) sobre todo en la zona del escritorio. Era un mueble que habitualmente utilizaba el abuelo de nuestra clienta para trabajar, que tuvo mucho uso y se nota...y que forma parte de su encanto. Gran parte de la belleza de los muebles antiguos es todo lo que han vivido y las huellas del tiempo que se pueden ver reflejadas sobre ellos. A esto denominamos PÁTINA y que debemos intertar conservar siempre que se pueda y el deterioro del mueble nos lo permita.

       Esto es todo por hoy...en la segunda parte de este artículo les contaré un poco del tratamiento realizado y los diferentes pasos en el proceso de restauración.

   ¡No se lo pierdan!