Aprovechando este macropuente (por fin tengo unos días de descanso) voy a publicar algo un poco más "desengrasante" después del denso artículo anterior (que ha gustado , por cierto...)
Se trata de uno de los últimos trabajos que hemos realizado en las clases de restauración y reciclaje de muebles, y con el que nos hemos divertido mucho planeándolo y realizándolo.
Mi alumna Nena apareció un día con una parte de un baúl de lata que se había encontrado en la basura. Se inventó una tapa y aprovechando restos de maderas que tenia en casa, ni corta ni perezosa se la hizo.
Lo divertido vino después, cuando lo trajo por las clases para ver como lo reciclábamos...se nos ocurrió la idea, entre todas, de aprovechar unas latas viejas y oxidadas de aceite (Maricarmita nos trajo las que usaba como trampas para lagartos en el jardín) para forrar la tapa y que así hiciera juego con el resto del baúl.
Me llevé las latas a unos latoneros para que las cortara en tiras y con ellas forramos la tapa del baúl (tengo que llevarles las fotos por que están intrigados con el resultado...). Hicieron falta dos trampas para lagartos para llevar a cabo el invento...
En las fotos vemos como estábamos en pleno proceso de diseño... Mientras, reparamos el fondo y pusimos algunas varillas de madera de refuerzo. También encolamos unas patitas, unos simples tacos de madera, para aislarla del suelo y proteger el fondo (no se ven, pero están...).
El invento quedó bastante bien, no?
Pero todavía nos quedaba trabajo... Queríamos dejar el metal "tal cual" oxidado pero combinándolo con los tirantes de madera restaurados. Optamos por teñirlos y barnizarlos con lasur. Con barniz para metales protegimos las chapas y les dimos un poco de brillo.
¿Y el interior? No podíamos olvidarnos... A Nena se le ocurrió aprovechar unos papeles de olor que tenía en casa (del año de carracuca), y como no nos daba para forrar todo el baúl optamos por combinarlo con pintura de color lavanda, a juego con el motivo de los papeles.
Nos falta el último detalle...todo baúl tiene una bandeja interior que, por supuesto, no existía. Así que manos a la obra e hicimos una bandejita forrada que quedó la mar de chula.
Lo hemos pasado muy bien reciclando este baúl, no solo Nena y yo, sino el resto de sus compañeras de clase que participaron y opinaron hasta dar forma al resultado final. Gracias a todas porque con sus ideas e inventos hacen que las clases sean siempre distintas, divertidas y muy estimulantes.
Tenemos otro baúl de lata en proceso (¿verdad Carmensa?)...Ahora está "durmiendo" durante las Navidades, pero tambíén tiene trabajito que ya les mostraré.
Hasta la próxima...
Os habéis lucido... otra vez.
ResponderEliminarHa quedado muy guapo, infundís ganas de buscar en los pajares del pueblo y dar un repaso a todas las antiguallas que descansan desde hace décadas...
pero, aparte de tiempo, hay que buscarse un "hartón" de ganas ;)
Un saludo.